¿Te enfurecen las cualidades que una vez te gustaron de tu pareja?

"¡Me encanta! Es tan relajado, no se preocupa por nada". "Es un agrado estar con él, siempre está un paso adelante y tiene todo organizado". "¡Es seco!
Fue un alumno destacado en la universidad y ahora le va excelente en su trabajo". "Es demasiado divertido, no paro de reírme con él, me hace llorar de la risa".

Es posible que alguna de las frases anteriores la hayas dicho cuando conociste a tu pareja y todo era "miel sobre hojuelas". Sin embargo, con el paso del tiempo y a medida que la relación ha ido madurando, tu percepción quizás ha cambiado y ahora las frases son:

"¡Me desespera! Es un flojo, todo le resbala". "Es maniático y controlador. Nada lo deja al azar". "No se desconecta un segundo de la oficina. Es un trabajólico". "Todo lo toma a la broma, nada es serio para él".

Si te sientes identificada, no te preocupes, porque se trata de un fenómeno que no te ocurre sólo a ti y al cual los expertos incluso le han puesto un nombre: la "paradoja de la asociación". En el fondo se trata de que lo que a una persona le atrae de otra al principio de una relación, al final le repele, porque cada cualidad atractiva tiene un lado opuesto o contracara.

Tracy Cox, experta en lenguaje sexual y corporal, y relaciones de pareja, sostiene que este cambio radical en el punto de vista tiene su origen en la propia naturaleza de las relaciones de largo plazo.

"Perdonamos muchos hábitos molestos cuando tenemos puestos los anteojos del amor, pero dejamos de hacerlo cuando nos los sacamos y los reemplazamos por una lupa crítica", afirmó en el blog que escribe en el Mail Online.

Luego de esto viene lo que ella denomina "el efecto de la llave que gotea". "Cuando estamos con alguien durante mucho tiempo, lo mismo ocurre una y otra vez. Y lo que no nos preocupa en pequeñas dosis, sí lo hace cuando se repite continuamente".

Según Cox, a la relaciones de largo plazo también se puede aplicar la "teoría de la equidad". Ésta consiste en que cuando una persona siente que la relación está desequilibrada, pero a su favor, los defectos de su pareja no le molestan tanto; pero cuando la balanza se inclina hacia el otro lado, los hábitos que le disgustan se hacen más patentes.

Un gran dilema

Tal como lo dice su nombre, esta "paradoja" genera una gran contradicción para quien la vive, porque por un lado no soporta ciertas cosas de su pareja, pero por otro lo sigue amando como desde la primera vez que lo vio. Por esto, para evitar que el amor termine convirtiéndose en odio, Tracy Cox entrega los siguientes consejos:

- Has una lista con todas las cosas que te molestan de tu pareja y al lado anota el lado positivo de éstas. Por ejemplo, si lo que te disgusta es que sea demasiado demostrativo con sus afectos, es mejor que los veas como que es cariñoso.

- Intenta con todas tus ganas de ver lo positivo que, al fin de cuentas, fue lo que hizo que te enamoraras de él. "Hacer esto te ayudará a equilibrar la balanza, y a ver lo bueno y lo malo en tu pareja", afirma la experta.

- Recuerda que no sólo a ti te molestan ciertas cosas de tu pareja: de seguro que hay algunas que a él también le desagradan de ti.

- Quizás la característica que te hace sentir más orgullosa es que eres independiente y puedes enfrentar sola al mundo. Pero -advierte Cox- debes estar atenta a la contracara de esto. "Que no te asuste dejar que tu pareja sepa que lo necesitas, incluso si sólo es unas pocas veces", recomienda.

- Si eres el alma de todas las fiestas, es aconsejable que a veces des un paso atrás y dejes que tu pareja viva la fama por un rato.

Tracy Cox también hace una última advertencia: si la molestia va en aumento, es una señal de que a futuro habrá problemas. "¡Podría ser el momento para revisar la relación!", recomienda.
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